El camino de la prosa al verso (letras)


Construir nuestro propio proceso en cinco pasos

Desde que hemos empezado el taller, en el apartado dedicado en cada módulo a cómo escribir la letra de la canción, venimos trabajando en prosa, sin pensar todavía en versos, rimas, estrofas, secciones… Todo esto queremos que vaya apareciendo en escena poco a poco. A partir de ahora vamos a empezar a escribir utilizando un proceso consistente en buscar un camino que nos lleve de la prosa al verso. En realidad en esta fase del procedimiento estamos haciendo un trabajo íntimo que, habitualmente, no enseñaremos a nadie. Se trata de apuntes, borradores, esbozos para captar ideas e ir confeccionando un boceto de lo que poco a poco terminará siendo la letra de una canción.
Una vez tenemos el boceto de lo que será una futura sección podemos empezar a plantearnos, si lo creemos necesario, trabajar en la construcción de la frase, utilizando para ello una serie de recursos literarios que veremos en e l apartado “AVANZADO” de este mismo Módulo 4.

BÁSICO

Primer paso: generar ideas
Comenzamos escribiendo, con la técnica de la Escritura Creativa, sobre “ese algo” que nos motiva a empezar una canción. Para entenderlo mejor vamos a analizar todo el proceso utilizado en la escritura de una canción real, vista desde el momento que surgió la primera idea, la inspiración hasta que se finalizó la letra. Siguiendo paso a paso todo el desarrollo tal como fue sucediendo. El planteamiento  inicial era escribir una canción sobre una relación que había llegado a un punto crítico. Un punto de inflexión en que estaba todo a un centímetro de romperse o de solucionarse. Este es un tema sobre el que seguro que todos hemos escrito o escribiremos algo alguna vez. Por eso lo elegimos, porque nos resultará familiar. Todo empieza a través de lo que en el Módulo 1 llamamos “escritura creativa”. En realidad se trata de hacer un brainstorming durante unos minutos para bucear en nuestro subconsciente, lleno de nuestros recuerdos, sensaciones, ideas, vivencias, sentimientos… Un valioso material que se acumula en algún lugar de nuestra mente menos consciente y donde está lo que posiblemente nos hace únicos. Algo así como la huella de nuestra experiencia vital.

En este momento estamos en el proceso creativo. Todavía no tenemos un argumento o guión definitivo. Ni siquiera una idea clara de qué es lo que queremos decir. Pero algo nos mueve a ponernos a escribir. Es importante no frenar “ese algo”. No adoptar una postura autocrítica. No escribir bajo la responsabilidad de querer hacer una obra maestra. Simplemente dejamos fluir las ideas directamente desde nuestro interior más íntimo al papel, o mejor aún, al procesador de textos. Ya editaremos y corregiremos después. El texto está presentado tal como surgió, sin puntuar ni corregir:

   “a veces pienso que esto se va a romper algún dia, en algubn momento no soy yo el que quiere, es más me gustaria poder arreglarlo todo no perdernos despues de tanto tiempo juntos, depues de todo lo que hemos vivido. pero muchas noches y muchas madrugadas me despierto pensando como seria si un dia te vas y si mi voz te suena cansada y alejada que no nos quedan más sueños por soñar, y ya no creo en nuestro futuro ni en milagros, que ya no soy lo que era para ti me iré sin decir nada. hace poco me dijiste q querias que durmieramos en camas separadas??? sin com partir nuestra almohada – si me despierto con tu nombre entre mis labios. oirte nada más despertar es lo que me da alegria para todo el dia, para olvidar los miedos que me vienen las madrugadas de imnsomnio”

Segundo paso: editar las ideas
Después de unos minutos escribiendo, vamos perdiendo la motivación, sentimos que nos repetimos, las ideas dejan de fluir con facilidad, nos cansamos… Es el momento de parar. Nos hemos saltado las normas gramaticales una vez más y hemos huido del concepto “redacción” para intentar conectar con aquello que se alberga en nuestro subconsciente sin ningún tipo de trabas. Ahora vamos a seleccionar las distintas ideas que nos han aparecido por separado. A esta herramienta la denominamos “versificar”. Consiste en editar lo escrito seleccionando libremente las frases que más o menos tienen sentido en si mismas. Cada vez que observamos que cambia una idea, una imagen, un pensamiento del texto que acabamos de producir cambiamos al párrafo siguiente. Aprovechamos la ocasión para corregir faltas de ortografía y redactar a nuestro criterio. Este escrito se hizo en 10 minutos aproximadamente. Parece corto al verlo en prosa, tan sólo seis o siete líneas. Pero observemos lo que ocurre al versificarlo: empieza a parecer la letra de una canción:

a veces pienso que esto se va a romper algún día
en algún momento
no soy yo el que quiere
me gustaría poder arreglarlo todo
no perdernos después de tanto tiempo juntos,
muchas noches y muchas madrugadas
si mi voz te suena cansada y alejada
que no nos quedan más sueños por soñar
no creo en nuestro futuro ni en milagros,
que ya no soy lo que era para ti
me iré sin decir nada.
si durmiéramos en camas separadas
sin compartir nuestra almohada
si me despierto con tu nombre entre mis labios
oírte nada más despertar
olvidar los miedos que me vienen
las madrugadas de insomnio

Tercer paso: versificar
Colocando las frases una bajo la otra teniendo en cuenta que cada párrafo tenga sentido propio en si mismo, podemos observar que nuestro escrito empieza a parecer un poema o la letra de una canción. Insistiendo en lo que ya hemos comentado, para muchos de nosotros aquí radica uno de los problemas del estancamiento: estamos acostumbrados a escribir en prosa y cuando intentamos hacerlo en verso los problemas se multiplican debido a que tenemos que pensar no sólo en lo que estamos intentando decir sino también en contar el número de sílabas, los acentos, las rimas… Demasiado lío para tenerlo todo presente a la vez y que salga perfecto. Sin embargo poco a poco iremos aprendiendo a extraer frases que serán las que formen los distintos versos de cada sección (estrofa, estribillo, puentes…) y a adaptarlos con respecto a las exigencias formales que hayamos decido desarrollar en una determinada canción. Esta fase de la letra podemos considerarla como de “pre-canción”. De momento observa como de una forma totalmente accidental, han aparecido varias rimas de manera involuntaria, que vamos marcando en negrita. En nuestro idioma es lógico que la rima se produzca con bastante frecuencia ya que sólo tenemos cinco vocales. La importancia que tiene la rima, recordamos de nuevo, es que ayuda al oyente a entender lo que está pasando en la canción.

Cuarto paso: crear secciones
El siguiente paso en el proceso es juntar frases que creas que tienen relación, aunque todavía se ve todo un poco torpe, y aprovechar si se puede alguna rima para ir poco a poco probando qué esquema de rima nos va a venir mejor según los resultados que vayamos obteniendo. Posteriormente los temas, imágenes, sensaciones, sentimientos en los que queramos profundizar los tratamos de nuevo con el mismo proceso que estamos siguiendo para ahondar sobre ellos y encontrar nuevas ideas que añadir a las secciones de nuestra letra.

si algún día me despierto
con tu nombre entre mis labios
y ya no creo en nuestro futuro
ni tampoco en los milagros
si mi voz te suena cansada y alejada

si algún día me despierto
sin compartir nuestra almohada
si no quedan más sueños por soñar
durmiendo en camas separadas
me iré sin decir nada

Quinto paso: completar secciones y pasar a definitivo
Ya tenemos el borrador de dos posibles estrofas y alguna idea de cómo hacer el esquema de rima que nos resulte más interesante. Y en este caso además ha ocurrido algo que puede ser importante para el futuro de la canción, La última línea “me iré sin decir nada” tiene entidad y fuerza para convertirse en un posible remate, estribillo y/o en el título de nuestra canción. Veamos a continuación los versos, una vez realizado todo el proceso, tal como quedaron en la canción definitiva:

Si tus días no despiertan
Con mi nombre entre tus labios
Si el recuerdo se ha callado
Y el futuro es un milagro
Si tu voz me suena ya
Tan cansada y alejada

Si el legado del pasado
Ya no habita en mi almohada
Si no hay sueños por soñar
Y tu ayer ya no es mañana
Me iré sin decir nada

Este último paso del proceso lo podemos realizar de varias formas distintas dependiendo de si estamos trabajando sólo en la letra, si estamos escribiendo la letra sobre una melodía escrita previamente, o bien estamos creando la melodía a la vez que la letra, como sucedió en el caso real cuando escribimos esta canción que nos ha servido de ejemplo. Tendremos que ceñirnos con más o  menos complicaciones a encajar la letra con la melodía teniendo en cuenta lo que vimos en el módulo anterior: acentos gramaticales y musicales, número de sílabas y el esquema de la rima.

Todavía nos queda por dar un paso muy importante que no lo completaremos hasta que tengamos muy avanzada la melodía: ver si nos interesa dejar completa o incompleta cada sección según queramos conseguir secciones en equilibrio o desequilibrio como veremos en los siguientes módulos cuando empecemos a ensamblar todas las secciones de la canción.

Para profundizar más en este importante paso de nuestro proceso os remitimos a las ideas que nos dejaron los autores que colaboran con nuestro Taller:

Javier Ruibal y nuestro director técnico Manuel Aguilar nos propusieron un interesante debate para ayudarnos a reflexionar entre dos formas de escribir la letra de una canción:

   ¿Palabras musicadas o músicas apalabradas?”

 

AVANZADO

Ya tenemos un primer borrador “avanzado” de una idea que terminará siendo la letra de una canción. A partir de aquí se abre la puerta del desarrollo de nuestra idea, en el viaje de avanzar en la creación o revisión de nuestro proceso de trabajo que iniciamos en el módulo primero de este taller, a punto de llegar a su ecuador. Podemos tomar dos caminos: dejarla tal como está con algún pequeño retoque, ajuste de sílabas -sinalefa, hiato…-, algún sinónimo para mejorar la rima y terminar de pulir cada una de las frases de la sección que estamos desarrollando, alguna partícula que limar, ańadir o quitar un artículo, una conjunción… O entrar de lleno en una revisión a fondo de la estructura de cada frase y, en definitiva, de toda la sección.

La construcción de la frase 1
Casi seguro que en la escuela nos enseñaron a todos un gran inventario de recursos retóricos que teníamos que reconocer, letra por letra, en los ejercicios de comentarios de texto. Un enorme conjunto de ellos, interminable. Empezaba la clasificación alfabética y no parecía acabar nunca: Aféresis, Alegoría, Aliteración, Alusión, Anacoluto, Anadiplosis, Anáfora, Analepsis…
Pero es muy posible que hayan quedado en nuestra memoria como una enrevesada antología de posibilidades que nos intimidaba, cuando alguna vez las intentamos utilizar en nuestros primeros experimentos de escribir la letra para una melodía. Que nos entorpece, más que servimos de ayuda, cuando acudimos a alguno de ellos en busca de una idea original o de imitar el buen hacer de alguno de nuestros autores favoritos, tanto en la canción como en la literatura y la poesía.
Y aquí nos aparece una gran duda, difícil de aclarar: estamos hablando de literatura, de poesía, pero, ¿funcionan estos recursos en la letra de una canción de la misma manera? Lo mejor, sin duda, es analizar cómo los utilizan esos autores favoritos nuestros y ponerlos a prueba en nuestras canciones. Y después que cada autor decida.
Sigamos. Es posible que tengamos la idea preconcebida de que, si no los sabemos utilizar, nuestras letras nunca llegarán a tener un buen nivel de calidad. Pero la letra de una canción debe desarrollar únicamente los recursos que necesite. Si nos excedemos podemos caer en “adornar por adornar”, para que quede ‘bonito’ más que porque lo pidan las circunstancias de la letra que tengamos entre las manos. Un recurso retórico empleado en el momento adecuado mejora nuestra letra. Pero si queda en un puro ornamento es posible que recargue la canción, distraiga al oyente en su escucha y le ponga en peligro de desconectarse de nuestra obra.
Una de las principales herramientas que necesitamos los letristas es un buen repertorio de formas de combinar las palabras, para encontrar una métrica adecuada a la melodía y que ayude a entender lo que queremos contar y cantar. Y darle el halo literario y poético que deseemos conseguir. Son herramientas que nos facilitan la manera de estirar o encoger la frase, acelerarla o frenarla, además de adaptarla al motivo melódico al que va unida. Los recursos que vamos a trabajar en este taller son los que consideramos más usuales, según nuestro criterio, con respecto al lenguaje común. Y también los que más nos gustan, nos parecen sencillos de utilizar y asequibles a la mayoría de los que nos sentamos a escribir una canción.
El repertorio de recursos que encontrarás en este taller no agota las posibilidades de construcción de la frase. Otra vez aquello de “menos es más”.

Comprimir la frase: la elipsis
 Cuando estamos escribiendo los versos definitivos de la letra, es habitual que nos encontramos con una serie de problemas que nos exigen tener claridad de ideas, a la hora de terminar la frase para conseguir el número de sílabas que necesitamos en cuanto a la métrica y la rima sin perder el sentido de lo que queremos decir. Y algo no menos importante, acelerar o frenar la expresión. Hay tres formas fundamentales de manipular la frase empleando recursos literarios: 

  • Comprimirla, reducirla en extensión
  • Desarrollarla más allá de su longitud inicial. 
  • Repetir, tanto palabras como expresiones o estructuras

Entremos en el primero de los casos: la elipsis o condensación. 

   La ELIPSIS suprime elementos de la frase sin que ésta pierda claridad.

No se trata de mutilar la frase de cualquier manera, porque caeremos en el peligro de que se haga incomprensible. La utilizamos cuando necesitamos acortar palabras por ajuste métrico o expresivo pero sin que el oyente, por el contexto, deje de comprender lo que queremos decir. La elipsis, y los demás recursos de construcción de la frase, debemos aplicarla cuidando que no le reste sentido. Recordemos, una vez más, que todo esto ocurre también porque tenemos que adecuar el texto a la métrica de la melodía de cada sección, o bien encontrar el “maridaje” exacto entre frase y melodía, dependiendo de si estamos escribiendo la letra antes de la melodía, después o durante.
Una característica importante de la elipsis es que nos ayuda a dar brevedad a la frase y acentuar su energía y su velocidad para causar impacto nuestra audiencia, en un estribillo o un remate, por ejemplo. Además cuando podamos las frases de elementos innecesarios nuestro lenguaje se torna más ágil, denso y significativo.
En el habla cotidiana repetimos en exceso palabras y expresiones. La redundancia es muy habitual, hasta el punto de que los lingüistas consideran que es imprescindible porque ayuda a asegurar la comunicación. Y lo mismo nos ocurre en la relación que se crea entre la canción y el oyente: la repetición es una de las herramientas más potentes; nos ayuda a  memorizar, y a la vez es sencilla de utilizar. En el estribillo, de nuevo, por ejemplo.
Sin embargo lo que nos resulta útil en el habla puede resultar cargante en una canción. Si aligeramos la frase y evitamos la redundancia y las repeticiones innecesarias, nuestras letras ganarán en fuerza y precisión.

Veámoslo en este ejemplo de la canción “Lázaro” de  Paez y Sabina

Eh, viejo
Jugate el pellejo
Aquí te esperan
Las ojeras
Del mar
El recibo del gas
La gorda de la esquina
Y el clarín y el Prozac
Y crecer y subir y bajar
Y el otoño, el café, la rutina
Y Tom Waits y Edith Piaf

El verbo se ha suprimido en las seis últimas líneas, pero el oyente comprende a la perfección el sentido de lo que le están contando. Además podemos apreciar también cómo la sección ha ganado en rapidez, energía y expresividad en comparación con lo que hubiese sido el texto sin utilizar las elipsis:

Eh, viejo
Jugate el pellejo
Aquí te esperan
Las ojeras
Del mar
[te espera] El recibo del gas
[te espera] La gorda de la esquina
Y [te esperan] el clarín y el Prozac
Y [te esperan] crecer y subir y bajar
Y [te esperan]el otoño, el café, la rutina
Y [te esperan]Tom Waits y Edith Piaf

Como podemos apreciar quedaría lento, repetitivo, pesado.
Si queremos acortar una frase y además conseguir un efecto enérgico y dinámico, mostrando acciones que se sucedan con rapidez, podemos emplear una elipsis de los verbos colocados en líneas próximas. La elipsis de los verbos es la más utilizada.

Desarrollar la frase: sinonimia y enumeración
Como hemos visto, cuando reducimos las frases, suprimiendo por medio de la elipsis algunos de sus elementos, conseguimos una expresión más breve, enérgica y veloz. Pero en otras ocasiones necesitamos añadir sílabas y desarrollarla más allá de cómo lo haríamos en el habla habitual.
 Hay dos formas de desarrollar la frase a través del uso literario del lenguaje: 

  1. Sinonimia: utilizar una sucesión de expresiones de significado equivalente al de la primera de la serie 
  2. Enumeración: una serie de palabras y/o expresiones que describen objetos, ideas o partes de un todo. 

Son dos recursos tan similares que, en ocasiones, los límites entre ambos desaparecen.

Sinonimia
La característica fundamental de la sinonimia, y que la diferencia de la enumeración, consiste en que se ‘apoya’ siempre en una idea de la que son “sinónimos aproximados” todas las que le siguen. Esta idea suele colocarse al principio o al final del listado de sinónimos, aunque a veces no aparece pero está en el título de la canción. Las expresiones que suceden o anteceden a la idea inicial suelen ser “sinónimos aproximados”, insistimos. Una sucesión de “sinónimos auténticos” no dirá apenas nada que añada interés y, por lo tanto, resultará aburrido, oscurecerá la idea, y se verá artificiosa e innecesaria. Estos “sinónimos aproximados” también pueden ser metáforas, metonimias o imágenes de la expresión inicial, como veremos a partir del Módulo 5.
Es importante que los sinónimos aporten matices a la expresión inicial, que ayuden a colorearla con sensaciones enérgicas, dinámicas, agudas, intensas, poderosas, astutas, inteligentes, rotundas, vigorosas, vehementes… o sugerir diversos aspectos de lo significado. Son algo más que una mera repetición de ideas, lo que resultaría muy poco recomendable en cualquier letra. Lo deseable es que ahonden en el significado inicial y le aporten un contenido interesante y atractivo. Una sinonimia bien utilizada tiene que desarrollar aspectos que caractericen y describan a la expresión inicial a la que hacen referencia, ayudando a aumentar la emoción. Pero, quizás lo más importante, es que resulta un buen recurso para desarrollar nuestra mirada literaria y poética sobre las cosas, como podemos apreciar en los siguientes ejemplos de tres canciones del álbum de Sabina y Paez “Enemigos Íntimos”:

Buenos Aires 

Pero el espejo le devuelve una mirada
De misterio, de terror y de fascinación

La idea está al principio “una mirada”

Cecilia 

Mi sueño, mi vigilia
Mi adicción, Cecilia

La idea está al final “Cecilia”

La vida moderna 

Una secta de hermanos de Caín
Una lágrima por ordenador
Aguafuertes del muro de Berlín
Pasarelas de hielo
Para modelos
Violadas por Christian-Dios

La sinonimia en este caso es una sucesión de imágenes que son ‘sinónimos aproximados’ de la idea “La vida moderna”, que no aparece al principio ni al final de los sinónimos porque está en el título.

Enumeración
Es un recurso que nos ofrece muchas más posibilidades para el desarrollo de la frase ya que, al igual que la sinonimia, se trata de una sucesión de palabras o expresiones, pero la relación entre ellas no tiene que ser tan estrecha como la de los “sinónimos aproximados”. Una enumeración extiende una serie de objetos, lugares, situaciones, emociones… ante nuestra imaginación. 

Gráficamente, la sinonimia podemos representarla como:  

                      A, A1, A2, A3…

mientras que, por el contrario, la enumeración la representamos así:  

                       A, B, C, D… 

En este recurso tenemos la herramienta más potente para desarrollar la frase más allá de los límites habituales. Sus fronteras son mucho más amplias que las de la sinonimia y nuestra creatividad puede desplegarse con mayor facilidad y riqueza hasta conseguir el tono literario y poético que queramos imprimirle a nuestra canción. Una vez más echamos mano de nuestro disco de cabecera para ilustrar lo que acabamos de ver:

Yo Me Bajo En Atocha – Sabina/Paez
Con su boina calada, con sus guantes de seda
Su sirena varada, sus fiestas de guardar
Su vuelva usted mañana, su sálvese quien pueda
Su partidita de mus, su fulanita de tal

Con su todo es ahora, con su nada es eterno
Con su rap y su chotis, con su okupa y su skin
Aunque muera el verano y tenga prisa el invierno
La primavera sabe que la espero en Madrid

Un caso especial: la enumeración caótica
Hasta ahora todos los elementos que hemos enumerado tienen una relación lógica entre sí, además de que las sensaciones que nos muestren sean emotivas o sugerentes. La enumeración adquiere su fuerza por la acumulación de imágenes en torno a una idea, situación o tema central. Si alejamos en exceso estas ideas, unas de otras, la enumeración puede llegar a perder visibilidad y coherencia, por lo que se volverá confusa para nuestra audiencia.
Pero hay un tipo de enumeración que va más allá de los límites de nuestra lógica.
Une palabras, expresiones e imágenes de manera caprichosa, en apariencia, y que no responden a un criterio establecido, pero que están vinculadas a nivel subconsciente, afectivo-irracional, formando un conjunto sugerente. A este modo de desarrollo de la frase lo denominamos”enumeración caótica”.
Hay que tener cuidado con el recurso ya que, aunque no lo parezca, suele ser más difícil de desarrollar que la enumeración en la que nos regimos por lo razonable y natural. Nos tenemos que orientar por nuestra imaginación, con el riesgo de unir elementos que no se lleven bien entre sí. Debemos conseguir que los elementos enumerados generen sentimientos más o menos confusos, pero de tal modo que el oyente los sienta próximos entre sí. Una buena enumeración caótica revela una semejanza irracional entre objetos de ámbitos muy distintos.
Para conseguirlo es muy importante que tengamos muy en cuenta el construir las enumeraciones caóticas en torno a una única emoción o situación. Elegir un sentimiento único, desde el que escribir nuestra sucesión de imágenes. Y no menos importante: suprimir todo lo que rompa la sensación de unidad entre ellas, eliminar las que nos resulten discordantes, para ganar en expresividad y emoción.
Estamos conectando con el lado irracional del oyente. De nuevo volvemos al inicio, a la escritura sensorial, adentrándonos en el lado oscuro de nuestro cerebro para ofrecer a la audiencia nuestros hallazgos. Observémoslo en la siguiente canción:

Tengo Una Muñeca Que Regala Besos – Sabina/Paez
Tengo una canción, una habitación
Tengo una muñeca que regala besos
Nada en especial, una motival, no sé cuántos huesos
Y una foto de papá y mamá, qué jóvenes están

Tengo que aprender, uno y uno tres
Ya sé que la vida es una herida absurda
Ganas de matar, dos copas de más, una risa curda
Un libro viejo de Robert Arlt, que no me deja en paz

Tengo una cruz de estrellas en el sur
Y además, hoy por hoy, dónde voy
Loco mareado por los focos de azúcar y de sal
De miedo y vanidad

Del siglo que cumplí, del pibe que no fui
De todo lo que deja cicatriz
Y no hay manera de evitar, el salto mortal de vivir
Miércoles, jugo de ceniza
Lunes, pétalos de risa en el cristal
Y en fin, tengo todo lo que perdí
Fumo Parisiennes, toco con Chopin
Cultivo mi jardín
Me pone triste el mar.
Y cuando tardas en venir, mi cama es una cama de hospital
Tengo una muñeca que regala besos
Y además
Tengo una muñeca que regala besos
Y además
Tengo una muñeca que regala besos

Veamos la misma letra pero con esta disposición, por frases en lugar de secciones, que nos ayuda a analizar con más claridad:

Tengo una canción
Una habitación
Tengo una muñeca que regala besos
Nada en especial
Un emotival
No sé cuántos huesos
Y una foto de papá y mamá
¡Qué jóvenes están!
Tengo que aprender
Uno y uno: Tres
Ya se que la vida
Es una herida
Absurda
Ganas de matar
Dos copas de más
Una risa curda
Un libro viejo de Robert Arlt
Que no me deja en paz
Tengo una cruz
De estrellas en el sur
Y, además
Hoy por hoy
Donde voy?
Loco
Mareado por los focos
De azúcar y de sal
De miedo y vanidad
Del siglo que cumplí
Del pibe que no fui
De todo lo que deja cicatriz
Y no hay manera de evitar
El salto mortal
De vivir
Miércoles, jugo de ceniza
Lunes, pétalos de tiza
En el cristal
Y en fin
Tengo todo lo que perdí
Fumo Parisiennes
Toco con Chopin
Cultivo mi jardín
Me pone triste el mar
Y, cuando tardas en venir
Mi cama es una cama de hospital
Y, además
Tengo una muñeca que regala besos
Y además
Tengo una muñeca que regala besos
Y además
Tengo una muñeca que regala besos

Como acabamos de ver, en esta canción, podemos ‘jugar’ con todo tipo de enumeraciones, caóticas o no, dentro de una misma letra. Elegir, como recurso central, la enumeración caótica o la común no nos impide poner en escena ambos tipos de enumeración juntos si la canción así lo requiere.
Con estos dos recursos podemos obtener grandes beneficios si los sabemos utilizar en nuestras letras. Una forma de practicar con ellos es aprender a distinguirlos cuando aparecen en cualquier canción. Por eso te aconsejamos que realices la siguiente práctica:

Práctica 4.1

Busca un ejemplo que consideres interesante de sinonimia y otro de enumeración en cualquier canción del álbum Enemigos Íntimos. Y otro ejemplo de alguna canción de uno de tus autores favoritos. Ponlos en el blog junto con el resto de prácticas que decidas hacer en este módulo, incluida la propuesta de escritura semanal, siguiendo las instrucciones que encontraremos a la entrada del BLOG de Prácticas Módulo 4.  

Asíndeton y Polisíndeton
 La enumeración en el lenguaje tiene sus reglas, en general se unen todos sus elementos con el uso de las comas, menos el último, que se une al anterior mediante la conjunción ‘y’ o la disyunción ‘o’, como ocurre, por ejemplo, en estas frases: 

“cantante, guitarra, teclista, bajo y batería”

“cantante, guitarra, teclista, bajo o batería”

En el lenguaje literario y poético podemos saltarnos esta regla para conseguir determinados efectos de estilo. La enumeración nos aporta tres posibilidades: 

  1. Enlazar los elementos de la enumeración sólo mediante comas, suprimiendo la partícula “y”.
  2. Enlazarlos mediante conjunciones o disyunciones sucesivas: 

            “y… y… y…”

            “O… O… o…”

1.Encadenarlos mediante la repetición de otra partícula o expresión cualquiera al principio de cada miembro:

“Una… un… un…” (La vida moderna)

“Si… si… si…” (Si volvieran los dragones)

“Tengo… Tengo… Tengo” (Tengo una muñeca que regala besos)

“Con su… su… su…” (Yo me bajo en Atocha)

Incluso el nombre de una persona, una ciudad…

“Cecilia… Cecilia… Cecilia…”

“En Buenos Aires… En Buenos Aires… En Buenos Aires…”

Del tercer caso nos ocuparemos en el próximo Módulo 5. En éste veremos los otros dos, que suelen considerarse procedimientos opuestos.

La primera de estas  tres posibilidades, cuando unimos todos los elementos de la enumeración sólo mediante comas, suprimiendo conjunciones y disyunciones es la que denominamos Asíndeton:

Mi sueño, mi vigilia
Mi adicción, Cecilia

Al escribir una letra es muy habitual saltarnos la puntuación, propia del lenguaje escrito, excepto en los casos que nos resulte indispensable. Es más, creemos que no existen reglas al respecto. De hecho es muy habitual empezar todas las líneas de una sección siempre con mayúsculas. Cada autor puntúa según su criterio. La razón de esta afirmación es que el ritmo, la acentuación, la dicción en definitiva, no tiene que ver nada con el lenguaje hablado o con el ritmo de la lectura. Las letras se cantan y están sujetas a la forma y el ritmo de la melodía: se estiran las vocales, se unen con ligaduras, se rompe las frases con silencios… Si hacemos esto cuando hablamos nuestro interlocutor pensará que algo raro nos está pasando. En el siguiente ejemplo no hay comas pero se ve claramente dónde irían. 

Eh, viejo
Jugate el pellejo
Aquí te esperan
Las ojeras
Del mar
El recibo del gas
La gorda de la esquina
Y el clarín y el prozac
Y crecer y subir y bajar
Y el otoño, el café, la rutina
Y Tom Waits y Edith Piaf

Esta sección de la la letra de la canción podemos escribirla puntuándola de esta manera sin que cambie nada en la melodía:

Eh, viejo,
Jugate el pellejo.
Aquí te esperan
Las ojeras
Del mar,
El recibo del gas,
La gorda de la esquina,
Y el clarín y el prozac
Y crecer y subir y bajar
Y el otoño, el café, la rutina
Y Tom Waits y Edith Piaf

Las últimas cuatro líneas pertenecen a la segunda posibilidad que comentamos, la de enlazar los elementos de la enumeración mediante conjunciones. Esto es precisamente lo que queremos resaltar para comparar ambas posibilidades: el uso de las conjunciones ralentiza la letra. Si las suprimimos la letra parece ganar en velocidad:

Eh, viejo,
Jugate el pellejo.
Aquí te esperan
Las ojeras
Del mar,
El recibo del gas,
La gorda de la esquina,
el clarín, el prozac
crecer, subir, bajar,
el otoño, el café, la rutina
Tom Waits, Edith Piaf

Esta propuesta que acabamos de hacer es un ejemplo imaginario, no se puede llevar a cabo pues supondría un profundo cambio en la melodía y demás elementos de la canción, además de los permisos necesarios… Pero valga para tenerlo en cuenta cuando utilicemos alguna enumeración en nuestras próximas letras. A nivel literario y hablado el cambio es evidente, pero si queremos conseguir ese mismo efecto en una canción tendremos que contar también con la melodía para conseguirlo. Una vez más, no es lo mismo hablar o leer que cantar.

Como hemos podido observar el ASÍNDETON tiene el siguiente efecto: 

  • acelera la velocidad de la expresión 
  • aporta naturalidad

Resulta un recurso ideal para narrar una ágil sucesión de elementos así como para la enumeración de metáforas o imágenes. 

El POLISÍNDETON, por el uso de conjunciones o disyunciones entre los elementos de la enumeración, tiene el efecto contrario:

  • resta velocidad a la expresión
  • subraya emotivamente los elementos
  • y, en consecuencia, suele impregnar la enumeración de un tono más solemne

Es fácil de apreciar el efecto del polisíndeton en la poesía y la literatura. Vuelve más lenta la enumeración. Y a cambio remarca cada uno de sus elementos. Pero, ¿nos afecta de la misma manera escuchándolo en una canción? 

Práctica 4.2
Lee primero la letra de “Lázaro”, editada a continuación del enunciado de esta propuesta, fijándote en los efectos que acabamos de describir del asíndeton y el polisíndeton. A continuación escucha la canción sin mirar la letra. Descríbenos de forma resumida, en dos o tres líneas máximo, tus impresiones. Ponlas junto con las prácticas que hayamos decidido realizar esta semana, todas agrupadas, colocando los textos siguiendo las instrucciones que encontraremos a la entrada del BLOG de Prácticas Módulo 4.

Lázaro Paez/Sabina
Lázaro, levantate y anda
Ponte el apellido
Vuelve del olvido
Engánchate a la oferta y la demanda
Eh, flaco
Esto es un atraco
Págale a la vida
Más de lo que pida
Eh, viejo
Jugate el pellejo
Aquí te esperan
Las ojeras
Del mar
El recibo del gas
La gorda de la esquina
Y el clarín y el prozac
Y crecer y subir y bajar
Y el otoño, el café, la rutina
Y Tom Waits y Edith Piaf
Y volver a volver a empezar
A volver a empezar, a volver a empezar
Eh, loco
Contrólate un poco
Mira que las musas
No aceptan excusas
Eh, pibe
Despiértate y vive
Eh, socio
Que esto es un negocio
Échame una mano
Siéntate al piano
Eh, fito
Que te necesito
Aquí te esperan
Las tijeras
Del Sol
El asfalto, el smog
Y el perfume más caro
Y el jazmín y el caviar y el reloj
Y el granizo, la ley, los disparos
Y el azul y el carbón
Y el amor después del amor
Después del amor, después del amor
Eh, Lázaro, levántate y anda

Como hemos visto en el desarrollo de este cuarto módulo del taller, el tema de la construcción de la frase requiere un detallado y extenso análisis. En el próximo Módulo 5, después de la semana de descanso destinada a ponernos al día con las prácticas y las propuestas de escritura, continuaremos con la segunda parte de “La construcción de la frase”, dedicada al tercer punto del recurso de la enumeración: la repetición, y analizaremos sus dos posibilidades, la anáfora y el paralelismo. Abriremos también un tema muy esperado, ya que desde el inicio del taller venimos hablando de él: la imagen.

ENTREVISTAS Y MASTERCLASSES CON NUESTROS AUTORES FAVORITOS

Javier Ruibal y Manuel Aguilar, nuestro director técnico del taller, nos propusieron un interesante debate para ayudarnos a reflexionar entre dos formas de escribir la letra de una canción:

   ¿Palabras musicadas o músicas apalabradas?”

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