Limpiando lo escrito en la estrofa -verse- (Letras)

 

Como ya comentamos en los primeros módulos del taller y haciendo un resumen para recordarlo mejor, elaborar un primer borrador de nuestra letra nos puede llevar tiempo, sobre todo si nos gusta tener todo perfecto antes de escribirlo. Hay algunos beneficios que podemos obtener si sólo garabateamos ideas sobre el papel o el procesador de textos, sin preocuparnos de si están en perfectas condiciones o no. Podemos escribir más rápido, y tener más objetividad sobre lo que estamos escribiendo. Esto significa que es más probable que escuchemos la canción como la escuchará nuestro oyente. A veces, necesitamos descansar de la canción después de haberla escrito para lograr ese nuevo punto de vista objetivo. Estar unos días lejos de la letra puede ser una buena forma de ver los problemas que no podíamos ver antes. Estas son algunas de las mejores herramientas de edición que pueden ayudarnos a limpiar una letra desordenada, o comprobar si la letra es tan fácil de entender para el oyente como lo es para nosotros, los que la escribimos.

BÁSICO

Escribir como hablamos
Cuando hablamos, usamos frases completas. Mantenemos el mismo tiempo verbal cuando contamos una historia, sin cambiarlo descuidadamente por el pasado y el futuro. Mantenemos los personajes iguales, por lo que los pronombres son entendidos. Una buena manera de asegurarnos de que la letra es conversacional es leerla en voz alta. Si nos cuesta entender alguna parte  o se nos hace difícil de leer o de pronunciar, será indicio de que tenemos que comprobar su nivel de calidad conversacional. De paso conviene que comprobemos también que los pronombres (yo, tu, él, ella, ellos, nosotros, vosotros) son claros, el tiempo (pasado, presente, futuro) es consistente y que estamos usando frases completas.

Escribir sobre lo que conocemos
Algunas veces nos sentamos a escribir una canción, y nos parece que las ideas no nos salen con la suficiente rapidez. Otras veces, intentamos a escribir, y nada parece fluir en absoluto. La inspiración es impredecible, pero hay una idea que nos ayuda a escribir más a menudo y continuar haciéndolo por más tiempo: escribir sobre lo que conocemos. Recordemos a idea de que “cada uno de nosotros somos únicos, y nuestras canciones serán únicas también cuando lleven un reflejo de nuestra singularidad en ellas”. Si queremos crear interés como autor, abramos la puerta y dejemos salir sin miedos nuestros sentimientos y pensamientos sin imitar ni comparar nuestras ideas con las de otros escritores que pueden tener diferentes pensamientos, sentimientos y mensajes. No hay nada nuevo bajo el sol, y en el arte no es diferente. La mayoría de las disciplinas artísticas expresan los mismos mensajes una y otra vez. Lo que distingue a un autor del resto es cómo se expresa. Y eso viene de nuestra perspectiva única como autores.

AVANZADO

La imagen: dar visibilidad a lo escrito
Después de soltarnos escribiendo durante la primera parte del taller, vamos ahora a ir introduciendo algunas ideas que nos ayuden a hacer brotar la emoción en la letra de una canción. Estamos en la fase del proceso en la que retocamos el borrador que tenemos escrito para pulirlo y dotarlo de vida.
Cuando escuchamos una canción, por ejemplo “Llueve sobre mojado” del disco de Sabina y Páez, nuestra mente va descifrando las palabras que oímos y sigue una sucesión de pistas que el letrista ha trazado. Escuchamos a los cantantes y contemplamos en nuestra imaginación las lágrimas en el fondo del río, a el asesino de la cola del cine o a los violadores acechando por los jardines, es decir visualizamos los objetos, los personajes o las situaciones que nos presentan.
Una buena letra tiene que expresar mucho más de lo que dice, en este detalle es precisamente donde radica la diferencia con otras formas del lenguaje escrito: una redacción, un artículo de un periódico, un ensayo técnico… Y aquí es donde entra en acción el uso de la imagen, entendida como una manera de expresar más de lo que podríamos simplemente contar, es decir, no “contarle” sino “presentarle” al oyente imágenes que le emocionen. Necesitamos ver para sentir. Tomando como ejemplo la canción “Llueve sobre mojado”, en el inicio el cantante nos podría empezar contando lo preocupado o triste que se siente por la repetición de la idea de lo rutinario -el “más de lo mismo”-, que viene a ser el motivo de la canción. Pero contarle rollos cerebrales al corazón es algo que difícilmente va a conseguir emocionarle. Una canción tiene que despertar la emoción en el oyente y para hacerlo, a través de la letra, tiene que cantarle más a nuestra imaginación que a nuestra parte racional.
Cuando estamos viendo las noticias en la televisión y el presentador nos habla de las últimas noticias de la guerra de Ucrania, nos da cifras y datos, nos comenta detalles e incluso alguna entrevista de opinión con algún personaje afectado por ella. Le está hablando a nuestra parte racional, por lo que no sentiremos prácticamente ninguna emoción más allá de la preocupación lógica que el tema nos suscite, cierto sentimiento de culpa, un algo emocional que enseguida se apaga. Pero en un momento dado, en el noticiario entran imágenes de cuerpos sin vida abandonados en las calles, niños con sus madres llorando delante de una casa todavía humeante por el impacto de una bomba… Seguro que a más de uno nos amarga el día y el vago sentido de una ligera emoción al escuchar cifras y datos se ha convertido ahora, después de ver las imágenes, en una profunda sensación de pena y desasosiego. Nos ha calado mucho más hondo visualizar que escuchar una narración.
Pues bien, a esto es a lo que nos referimos con el uso de las imágenes: el pensamiento abstracto difícilmente nos hace brotar los sentimientos que consiguen las sensaciones concretas: la palabra “guerra” nos conmueve mucho menos que las imágenes que crea la guerra.
Estamos hablando de imágenes, video, fotografía… Pero, ¿cómo traducir estas imágenes al lenguaje literario? Aludiendo al lenguaje visual podríamos decir que “pintando imágenes con palabras”, proporcionándole imágenes a la emoción para que se haga concreta, entrar en el corazón del oyente a través de su imaginación en lugar de lanzarle razonamientos abstractos. Con éstos podemos expresar ideas interesantes pero poco eficaces para provocar sentimientos y emociones en la audiencia, con lo cual corremos el riesgo de que se desconecten de la canción. El oyente escucha la canción para que le hagamos sentir, no para que le coloquemos un discurso sobre un sentimiento, o le demos una conferencia sobre una opinión.

Hay una lágrima en el fondo del río
De los desesperados

El cantante nos emociona mucho más con esta imagen que lo hubiera hecho con una definición de la “tristeza”. No hay reflexiones o comentarios sobre ella pero traduce esa tristeza en sensaciones que nos resultan reconocibles cuando las escuchamos. De la misma forma que ocurre con el concepto “violencia”:

Al asesino de la cola del cine
El padrino dos le ha decepcionado
Los violadores huyen de los jardines
Llueve sobre mojado

No sabemos exactamente qué se proponían Sabina y Páez, a donde querían llegar con esta canción, muchas veces escribimos sin una idea demasiado exacta y también sucede que nuestro oyente puede captar un mensaje en la canción distinto del que nos proponíamos escribir. Pero claramente nos están sugiriendo, en este principio de la canción, imágenes de tristeza, desesperación, violencia que contrastan con la idea de “llover sobre mojado”, de que quizá pierdan valor por ser escuchadas a diario. Pero seguro que, sea cual sea el motivo que les llevó a escribir la canción, nos llega más la emoción a través de estas imágenes que si se hubiesen limitado a largarnos un discurso sobre los medios de comunicación, la avalancha de noticias que recibimos a diario, la manipulación periodística… De esta manera podemos imaginar la lágrima, nuestra lágrima, cada oyente tendrá la suya; un río, nuestro río en nuestro recuerdo, distinto del de otros oyentes; un asesino al que quizá asociemos con una película que hayamos visto, cada oyente proyectará su propia imagen interiormente; la impresión que provoque en cada uno de nosotros las noticias e imágenes diarias sobre violaciones… Nos hace participar de la canción, nos proyecta imágenes que podemos visualizar en nuestra imaginación. Incluso es posible que consiga más efecto que el que conseguían las imágenes de un noticiario, un documental, una película… ya que cada oyente verá su río, su lágrima, su recuerdo de la película con la que le conecta.
Es importante, en esta parte del proceso de escritura en la que nos encontramos, que tengamos en cuenta esta idea: cuando escribimos una letra sentimos nuestra emoción en las palabras que vamos dejando en el papel… o procesador de textos. Escribimos tristeza y sentimos nuestra propia tristeza, escribimos violencia y nos invade un sentimiento más o menos aterrador de lo que nos transmite el significado de la palabra recién escrita. Nuestra mente contempla las líneas que estamos escribiendo y proyecta en ellas nuestra parte sentimental. Pero cuidado: esto nos está ocurriendo a “nosotros” por el sentimiento que tenemos al escribirlas, conectando con las emociones que tenemos dentro de “nosotros” al escribirlas, pero raramente van a conectar con un oyente cuando las escuche tiempo después en una canción, fuera del contexto en el que “nosotros” las escribimos. Esto es algo a lo que debemos darle mucha importancia cuando estamos escribiendo, sobre todo cuando nos encontramos en esta fase de trabajar el borrador de una futura letra para una canción. Tenemos que intentar ponernos en el lugar del oyente, no en el nuestro, e intentar detectar cómo va a sentir éste las emociones que queremos transmitirle. Una buena idea sería subrayar las palabras que pueden suscitar una imagen para distinguirlas de las que son palabras abstractas.
Podemos valorar, como en este ejemplo, qué líneas pueden ser claramente entendidas como una imagen por el oyente, cuáles como un pensamiento o idea y aquellas otras que estarían a medio camino. Pero esto no son matemáticas, se trata de ideas subjetivas, por lo que en muchas ocasiones podemos discrepar y hacer distintas interpretaciones, como nos sugieren alguno de los versos de la letra que utilizamos como ejemplo para analizar: “uno y uno son demasiados”, “la soledad al cuadrado”:

LLUEVE SOBRE MOJADO
Hay una lágrima en el fondo del río
de los desesperados. IMAGEN
Adán y Eva no se adaptan al frío
llueve sobre mojado. IMAGEN/PENSAMIENTO

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
ya no sabe a pecado, IMAGEN/PENSAMIENTO
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Al asesino de la cola del cine
el Padrino Dos le ha decepcionado. IMAGEN
Los violadores huyen de los jardines, IMAGEN
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
sueños equivocados. PENSAMIENTO
Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Y, después de llover,
un relámpago va deshaciendo la oscuridad IMAGEN
con besos, que antes de nacer, morirán. PENSAMIENTO

Ayer Julieta denunciaba a Romeo,
por malos tratos, en el juzgado, IMAGEN
cuando se acuestan la razón y el deseo IMAGEN/PENSAMIENTO
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
cosas de enamorados, PENSAMIENTO
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

La última guerra fue con mando a distancia, IMAGEN
el dormitorio era un vagón de soldados IMAGEN
Por más que llueva y valga la redundancia, IMAGEN/PENSAMIENTO
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
uno y uno son demasiados, PENSAMIENTO
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Y, al final, sale un sol
incapaz de curar IMAGEN/PENSAMIENTO
las heridas de la ciudad, IMAGEN
y se acostumbra el corazón a olvidar. PENSAMIENTO

Dormir contigo es estar solo dos veces,
es la soledad al cuadrado, IMAGEN/PENSAMIENTO
todos los sábados son martes y trece,
todo el año llueve sobre mojado. IMAGEN/PENSAMIENTO

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
cada cual por su lado, PENSAMIENTO
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Y… colorín colorado,
este cuento se ha terminado. PENSAMIENTO

En resumen: es imprescindible que intentemos mostrar la emoción más que contarla, no se trata de explicar un sentimiento sino de introducirlo en la escena de la canción.
Ezra Pound, un poeta, ensayista, músico y crítico estadounidense, nos dejó una serie de interesantes escritos sobre la reflexión teórica de estos temas:

“Deja la abstracción para la prosa”

Sustantivos, adjetivos y verbos: genéricos contra específicos
Una ayuda en este sentido que apunta Ezra Pound, acerca de valorar lo que puede ser percibido por la audiencia como una abstracción o como una imagen, podemos encontrarla valorando los sustantivos, adjetivos y los verbos que utilizamos. Palabras que nos pueden ayudar a añadir visualización o a evocar una imagen precisa. Si queremos que el oyente visualice un barco, en lugar de escribir simplemente “barco” es posible que consigamos evocar mejor una imagen con nombres como: navío, nave, crucero, trasatlántico, buque, vapor, bajel, carabela, galeón, pesquero, catamarán… Según sea el barco que queramos que el oyente visualice. Podemos hablar de dos tipos de sustantivos, que en el taller definimos como genéricos, “barco” o específicos, uno que consideremos, según el contexto, mucho más preciso “catamarán”.
Con los adjetivos ocurre igual. Tenemos que intentar, en la medida de lo posible, evitar los adjetivos demasiados genéricos y sustituirlos por aquellos que nos resulten más específicos y visuales. Conseguir el adjetivo exacto que necesita la imagen que queremos producir ayudará a que ésta sea más nítida y memorable para el oyente.
Es preciso que aprendamos a distinguir, para huir de ellos, adjetivos como ‘estupendo’ (que es un adjetivo genérico y puede significar prácticamente cualquier cosa). En su lugar podemos escribir: admirable, asombroso, pasmoso, excepcional, sensacional, excelente, extraordinario, formidable, magnífico, maravilloso, brutal, bestial, colosal, guay, chévere, macanudo… según sea el sentimiento que queramos evocar.
La regla que deducimos de esta propuesta sería no conformarnos con el primer sustantivo o adjetivo que se nos ocurra e intentar buscar el que se ajuste a la imagen que buscamos con mayor nitidez y expresión. Aquél que le de textura, color, olor, forma, sonido, movimiento… Aquí vendría bien el uso del diccionario de sinónimos como ayuda, en papel o web. Pero también es necesario que consideremos la idea de que el mejor adjetivo, el más adecuado para lo que estamos buscando, tal vez no lo encontremos en un diccionario ya que cuando adjetivamos atribuimos cualidades a las cosas, las pintamos a los ojos de la audiencia para que se las puedan imaginar tal como nosotros las vemos llevados por nuestra inspiración. Debemos intentar que aporten algo nuevo, algo distinto a lo que haríamos si estuviésemos escribiendo una redacción, un mail, un informe. De manera que si no estamos seguros de que aporten algo especial es que quizá resulten innecesarios y sea mejor quitarlos. Como norma general debiéramos exigirnos adjetivar sólamente cuando lo consideremos necesario. Es importante huir tanto de los adjetivos innecesarios como de los que solamente usamos porque quedan “sonoros o bonitos”. En general nunca es recomendable el exceso de adjetivos, conviene dejar solo aquellos que añaden algo esencial o diferente a nuestra letra.

El verbo: la imagen en acción
También podemos aplicar este criterio que proponemos de “genérico y específico” a los verbos, ya que hay algunos que podemos considerar, en cuanto a su visibilidad, como invisibles porque no nos aportan ninguna imagen. Verbos tales como haber, ser, estar, ir, creer, tener, vivir… son abstractos, porque no nos muestran ninguna acción concreta visualizable. Pero el diccionario está lleno de verbos que aportan mucha visibilidad porque ponen ante nuestros ojos imágenes en acción como pilotar, timonear, surcar, arar, quebrantar, despedazar, desbaratar, deshacer, destrozar, destruir, acariciar, besuquear, trotar, apresurarse, volar, acelerar…
Como conclusión importante podríamos apuntar que conviene evitar el excesivo uso de verbos genéricos, porque corremos el peligro de que nuestras letras se contagien de un aire vago y falto de fuerza y carácter que desdibuje las imágenes que queremos utilizar para comunicar emociones concretas a nuestros oyentes. Es importante que siempre que usemos un verbo pensemos detenidamente si es el más apropiado para expresar la acción que queremos introducir o si hay algún otro más específico. El uso del diccionario de sinónimos también puede resultarnos una herramienta de gran ayuda para esta labor.
Observemos de qué manera prevalecen los verbos que evocan sensaciones sobre los que simplemente expresan relaciones lógicas. De nuevo recurrimos a la letra de “LLUEVE SOBRE MOJADO”, en la que hemos remarcado las “palabras específicas” como ejemplo de lo visto:

Hay una lágrima en el fondo del río
de los desesperados,
Adán y Eva no se adaptan al frío
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
ya no sabe a pecado,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Al asesino de la cola del cine
El Padrino Dos le ha decepcionado,
Los violadores huyen de los jardines,
Llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
sueños equivocados,
Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Y, después de llover,
Un relámpago va deshaciendo la oscuridad
con besos, que antes de nacer, morirán.

Ayer Julieta denunciaba a Romeo,
Por malos tratos, en el juzgado,
cuando se acuestan la razón y el deseo
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
cosas de enamorados,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

La última guerra fue con mando a distancia,
el dormitorio era un vagón de soldados
por más que llueva y valga la redundancia,
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
uno y uno son demasiados,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Y, al final, sale un sol
incapaz de curar
las heridas de la ciudad,
Y se acostumbra el corazón a olvidar.

Dormir contigo es estar solo dos veces,
es la soledad al cuadrado,
todos los sábados son martes y trece,
todo el año llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
cada cual por su lado,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

Y… colorín colorado,
este cuento se ha terminado.

Práctica 6.1 Pon un ejemplo dónde estés utilizando alguna imagen en tu letra.

El correlato objetivo: contar con imágenes 
Una vez que hemos definido la dimensión visual de las palabras, en nuestro fin de buscar la visibilidad en la escritura de la letra, “buscar las imágenes”, es interesante que conozcamos un recurso literario conocido con este curioso nombre que le adjudicó el escritor que figura históricamente como su creador: Thomas S. Eliot. Según su propia definición consiste en mostrar “un conjunto de objetos», «una situación» o «una serie de acontecimientos» que provoquen en el oyente la emoción que siente el escritor, en nuestro caso el letrista:

«La única manera de expresar un sentimiento en la creación artística es mediante el empleo de un correlato objetivo; es decir, un conjunto de objetos, una situación, una serie de acontecimientos que sean la fórmula de ese sentimiento en concreto; de tal modo que cuando se den los datos exteriores que han de conducir a una experiencia de los sentidos, el sentimiento surge automáticamente.»

Un pequeño inciso para introducir una reflexión que nos ayude a comprender a fondo qué y cómo estamos elaborando estos temas en nuestro taller: ¿recuerdas sobre qué hemos empezado a escribir nuestros primeros ejercicios de escritura automática, brainstorming, mapas mentales…? Esta es la importancia de la herramienta que en el taller denominamos escritura creativa y a este fin iban encaminados los primeros ejercicios que comenzamos a hacer en los módulos 1 y, sobre todo el 2, escribiendo según el esquema de Eliot sobre:

  • un conjunto de objetos
  • una situación
  • una serie de acontecimientos

Pero recordemos que para que tengan energía poética hace falta «que sean la fórmula de un sentimiento en concreto». Las primeras prácticas las hicimos de forma sencilla e intuitiva. Ahora pasamos esta herramienta a un plano más consciente que quizá nos ayude a profundizar en su conocimiento. Si nos resulta demasiado pesado o técnico siempre podemos volver a realizar la escritura sensorial como al principio y también llegaremos a obtener excelentes resultados. Es una cuestión que tiene que ver con la forma de ser de cada letrista, por lo que creemos interesante probar distintas herramientas para después decidir con cuál nos identificamos, nos sentimos más a gusto escribiendo y obtenemos mejores resultados.
El poeta Luis Cernuda también nos dejó un importante consejo en relación a cómo hacer uso del correlato objetivo:

“… en poesía y en literatura nunca debe hablarse de sentimiento ni de emoción, sino tratar de comunicarlos, para lo cual hay que expresarlos.”

Nos recomienda evitar en lo posible escribir directamente sobre la emoción. O al menos, si es que hemos de hablar sobre la emoción que sentimos, hacerla al mismo tiempo ‘visible’ para el lector, el oyente en nuestro caso.
Sabina y Paez podrían haberse enzarzado en una sesuda perorata moral, sobre la prensa, las noticias de violadores, asesinos, soledad, tristeza…. La escena nos dejaría fríos. Pero las imágenes de “el asesino en la cola del cine, los violadores huyendo de los jardines, Julieta denunciando a Romeo por malos tratos en el juzgado…” son imágenes que impactan en nuestra imaginación, asociadas a los sentimientos que nos suscitan, e incluso es posible que se nos graben en la memoria y las recordemos cantándolas durante años. Podríamos resumirlo en estas dos consideraciones:

  1. El letrista no nos cuenta su emoción, ni nos narra sus quejas, ‘proyecta’ una secuencia de imágenes que nos sugieren sus sentimientos.
  2. El letrista extiende ante nosotros una serie de situaciones, acontecimientos, escenas, objetos… pero evita el “lloriqueo” sentimental y consigue de esta manera un efecto sugerente, emotivo y profundo.

En definitiva, la emoción brota como efecto de la escena que imaginamos, no del razonamiento moral. Un canción, afortunadamente, nos emociona mucho más que un panfleto o un artículo periodístico. Le habla más a la imaginación que a nuestra fría vertiente racional. Por eso nos conmueve.
Para finalizar quedémonos con esta idea práctica: cuando estemos en un momento de escritura creativa y tengamos algún recuerdo, o imaginemos algo, es importante que hagamos el esfuerzo de no quedarnos en la superficie de la primera vaga imagen que nos suscite. Hay que bucear a fondo en nuestro inconsciente para encontrar ese detalle que nos muestre, o ayude a representar, la escena que evoque la emoción en su conjunto.

Práctica 6.2 Busca un ejemplo en una canción de “Enemigos íntimos” donde podamos reconocer los detalles significativos de alguna emoción o sentimiento, subráyalos y haz algún comentario si lo consideras relevante.

Práctica 6.2 Haz lo mismo en alguna canción de alguno de tus autores favoritos.

Continuamos el ciclo de entrevistas con nuestra querida compañera Cristina Narea, una cantautora comprometida con su obra, de la que se destila una gran dosis de sinceridad y entrega en su trabajo.

Hemos aprovechado su presencia entre nosotros para preguntarle sobre lo que es el buque insignia de nuestro Taller: cómo estructurar nuestro proceso creativo y para conocer su criterio y uso de las distintas herramientas que venimos trabajando desde el primer módulo.

Cristina Narea es una cantautora chilena/madrileña que a lo largo de su trayectoria ha sabido combinar la música, la poesía y la expresión plástica a través de los Collages: http://www.cristinanarea.es/

Su trabajo como cantautora se ha distinguido por el cuidado de las letras y el uso de un lenguaje rico y personal tanto en lo lírico como en lo musical. Fusiona sin prejuicios el rock americano, el bossa y la música de raíz siempre desde la canción de autor que es donde ella se expresa.

Su propuesta como autora, con 5 discos publicados, giras y conciertos, la compagina con la de músico acompañante. Ha trabajado como músico y voz con muchos artistas de la música en España como Joaquín Sabina, Miguel Ríos y habitualmente con Luis Eduardo Aute.

Su relación con AMA se remonta a los inicios de la Asociación siendo, junto a otros compañeros, socia fundadora y posteriormente Presidenta. Siempre ha estado ligada a los movimientos sociales y políticos desde su Chile natal.

Discos y singles:

Mensajero del amor, 1985

Al otro lado, 2004

Agua, 2010

Huesos de mar, 2014

Atmósfera, 2015

Acaso una mirada, 2015

La más Violeta, 2017

Viento sur, 2023

Poemarios:

Bajo las plumas (Amargord Ediciones 2010) y El ritmo de una vida (Desacorde Ediciones 2017)

Más información, visita su web: http://www.cristinanarea.es/

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